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Maldita, Maldita, Maldita... ¡Maldita Seas!
Por tener ese dulce olor que hasta en sueños siento
y lo busco, te busco... y ahí estás, tan serena como siempre
Sin nada que turbe tu intensa mirada,
ni esa tenue sonrisa pegada a tus labios con algo más que felicidad.
¿Dónde está, entonces... la respuesta a esa mirada?
Que dice tanto y tan poco...
¿Dónde está la respuesta a ese brillo tan especial?
Del cual me quedo enganchada durante segundos que parecen horas...
¡Maldita seas!
Por esa manera tuya de ser, que me vuelve loca.
Sí, ahora si que estoy demente y es tu culpa.
Es tu culpa, tu culpa, tu culpa...
Maldita maldita maldita...
Por hacer lo que se te da la gana y salirte con la tuya, siempre.
Por atraparme entre trus brazos cada vez que se te cruzó por la cabeza
y dejarme sin nada que pensar
Sin otra cosa que no fueras tú.
y yo tan estúpida, sin decirte.. ¿sabes? no quiero que hagas eso...
No quiero que beses mi mejilla, ni que me abraces, ni que aprietes mis mejillas... sin razón.
Porque... ¿sabes? Comienza a gustarme. Comienzo a acostumbrarme.
pero no hubo valor, y yo quería que no abandonaras mi mano, al pasear
que estubiera siempre sujeta a tus dedos fríos...
Fríos como el tacto de tu piel,
y tú... tú, maldita, tú...
Que haces las cosas porque quieres,
te atreviste alfin a dar el paso donde no había una vuelta atrás.
Donde no se podían excusar tus sentimientos.
Dios, maldita seas, maldita, maldita, maldita, maldita
por salirte con la tuya.
Maldita, maldita desgraciada, maldita infeliz...
te odio por necesitarte
Por extrañarte
Por amarte.