DP. Apropiada =)

Volvamos 10 años atrás, cuando aquella pequeña de pálida piel y oscura cabellera tenía apenas 5 años.
Tenía una gentil cantidad de juguetes
Se lo pasaba inventando historias
Haciendo que éstos se relacionaran, a veces hasta imitaba las novelas, las películas infantiles con finales deshonestos, historias románticas con el príncipe azul... a veces historias trágicas, a veces a capítulos. Como toda niña con imaginación ¿O no? bien, quizás no.
Pero a esta pequeña le gustaba jugar sola. Porque le daba libertad para crear sus propias historias... sus juguetes eran sus mejores amigos y en los únicos en que podía confiar plenamente. Rara vez, cuando nadie merondeaba en casa, utilizaba su voz para hacerlos hablar, en las otras ocasiones eran historias mudas donde las voces sólo aparecian en su mente.
Pasaban 3, 4 e incluso 6 años y ella aún no dejaba de crear y jugar... Pero llegó un momento en el cual no podía seguir con aquellas figuras de plástico. Les tenía un aprecio impresionante, incluso creía que podían sentir como ella, pero debía abandonarlos.
Pasó a la vida real, se encontró con verdaderos dramas que jamás esperó... ¿pero saben que es lo curioso? Nunca dejó de jugar.
Ahora interesaban las reacciones que podían tener aquellos seres llamados humanos.
Sus ojos verdes se volvieron vacíos con el tiempo... y su vida rutinaria. Entre todo, no faltaba el apostar, el esperar, el observar.... y recopilar la información.

cabe aclarar que ahora esos ojitos brillan sólo por alguien, y que su vida rutinaria pasó a ser hermosa.

Ahora os diré una cosa, la pequeña niña disfruta el jugar con sus hormiguitas...
Las expone, las observa, las aprecia... pero cuando éstas están en peligro, no puede permitir que nada les ocurra... si no ¿con quién va a jugar?
Aunque siempre hay excepciones, y hay gente tan importante para ella con la que nunca se atrevería a jugar... Porque si llegara a lastimar a esas personas, el dolor que ellas sintieron no se compararía con el dolor que ella sentiría al hacerles sufrir.