domingo, 2 de enero de 2011

Caminos a los que me llevó el exceso.

Hace días siento la necesidad imperiosa de escribir aquí. Se lo negué al papel porque cuando cae en manos equivocadas todo se va al carajo.
Vivir sin la red más grande del mundo me ha devuelto la melancolía.
Tengo demasiado tiempo para gastarlo en nada y los pensamientos por ratos son hirientes.
Demasiado tiempo para poder evitar "y si fuera" "que pasaría si" Y lo que por lo general prefiero ignorar.
Si pudiera archivar cada cosa que pasa por mi cabeza tendría edificios llenos. Demasiado, demasiado espacio, demasiada libertad, demasiados ecos en mi cabeza y quizás hasta demasiada soledad.
Se intenta dejar pasar todo y sonreír
Ultimamente he sabido cosas que quizás no eran necesarias, las guardo con recelo porque si mi madre se entera se parte su sonrisa.
Murmuro cosas como viejo con pipa, mientras nadie alcanse a notarlo todo bien.
Yo sé, es mucho y nadie dijo que era fácil
Pero de todas formas sigo siendo una soñadora
A porrasos he aprendido que la gente no es lo que uno espera
Pero de todas mis cicatrices no puedo arrepentirme
Que si no fuera por aquello y esto otro no seria quien soy
No tendría las consideraciones que tengo,
No pensaría como pienso
Lo que no mata hace más fuerte, pero siguen quedando traumas y daños psicológicos, por diminutos y desapercividos que pasen, están ahí. Con nosotros, cada segundo, cada paso.
Aunque a pesar de todo, se intenta dejar pasar todo y sonreír
Y que probablemene nunca merecimos nada, y que probablemente nos han fallado, nos han lastimado nos han mentido, traicionado...
Se puede sonreír. Con la más pura sinceridad
Porque la felicidad, el amor y las cosas buenas que tiene esta vida
Si quieres, pueden pesar más, valer más, significar más.
Los recuerdos de la infancia se vuelven amargamente viciosos
y Una vez empiezo no logro terminar
De recordar las viejas y anchas calles de mi población
El piso frío y rojizo de la iglesia, la imponente figura del cristo
Las señoras con sus vestidos, largos abrigos y sombreros
y Yo la pequeña infiltrada entre oraciones.
Mi amor poderoso por los seres queridos desteñido con lágrimas
el viejo negocio con la señora amigable que conocía a mi abuelo, que años más tarde murió de cancer.
La amable vecina que me decía muñequita, que murió de vieja años más tarde
El perro grande y fuerte de la casa de enfrente, que ahora está viejo y feo
La vieja escuela a la que fui... remodelada ahora y con una hermosa infraestructura.
El cerezo, los rincones del jardín, escondida entre los sillones del taller, los besos bajo la mesa, la vista de las estrellas en el campo, el barro el río
Las risotadas ingenuas e infantiles, los grandes planes y bases en las que nos ocultábamos jugando a ser importantes, los sueños de cuando crecieramos...
Todo en páginas anteriores de mi llamada vida, cobra protagonismo en las noches largas de insomnio
Y me embriagué en tantos recuerdos tantas veces
Una Karla que no es la de ahora,
Pero de todo lo que pude recordar, Estoy segura 100% segura
Puedo asegurarlo, puedo jurarlo
Que he mejorado, que me he superado
Y que la Karla que se perdió con esos recuerdos, no era ni la cuarta parte de lo que soy ahora.
Y que lo que perdí entre lágrimas, ya no tiene la importancia que tuvo
Y que lo que tengo ahora, me hace más feliz de lo que jamás pude esperar.

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